DEBATE
Por Roberto Desachy Severino
http://robertodesachydebate.blogspot.com/
6 años de Mario Marín Torres;
el recuento de los daños
Felices, más de un millón 200 mil poblanos que el pasado 4 de julio fueron a las urnas a hacer patente su rechazo al gobierno estatal que intentó perpetuarse en el poder a través de Javier López Zavala y Mario Montero Serrano, claman hoy que ¡al fin está a punto de acabarse el sexenio de Mario Marín Torres!.
Y la verdad es que nadie puede culparlos, porque el marinismo se acaba el próximo 15 de enero, pero sus secuelas, taras y efectos negativos perdurarán – seguramente – por muchos años, ya que el gobierno estatal que está por concluir se encargó de sumir a Puebla en el basurero al aumentar los rezagos sociales, económicos y educativos ya existentes antes de que Mario Marín Torres asumiera el cargo.
La Puebla que alentó y deja el marinismo es mucho más pobre, corrupta, atrasada en desarrollo social, educación y salud e improductiva en lo económico y en la competitividad de lo que era hace apenas 6 años. El grupo que malgobernó Puebla en este sexenio fue un tsunami que devastó la entidad.
Pobreza, malos salarios, desigualdad económica e
Informalidad a la alza, secuelas del marinismo
Las cifras oficiales más recientes del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval) indican que Puebla hoy es el tercer estado más pobre del país, pese a que en el 2004 ocupaba el cuarto lugar en esta materia. Gracias al marinismo, en especial al fracasado candidato del PRI y ex secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala, casi 3 millones 600 mil poblanos viven en condiciones socioeconómicas desfavorables.
Incluso, más de un millón de habitantes del estado no cuentan con lo suficiente, para comprar una canasta básica. De hecho, según datos oficiales de la ONU, el Índice de Desarrollo Humano de Puebla (0.7674) está por debajo del de países con conflictos armados y políticos como Líbano, Kazajstán, Armenia, Ucrania, además de Cuba.
Este Índice de Desarrollo Humano de la ONU precisa que entidades más pequeñas geográficamente, como Tlaxcala y Colima, superan a Puebla en este rubro. Lo que sucede es que la ineficiencia del marinismo en materia económica, productiva y laboral provocó que en nuestro estado los salarios retrocedieran al nivel de hambre y que se disparara la desigualdad económica.
Veamos: la edición 2010 del estudio "La Competitividad de los Estados Mexicanos, Fortalezas ante la Crisis", elaborado por las especialistas Marcia Campos Serna y Elvira Naranjo, del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM, nota del portal E Consulta, 13 de diciembre), precisa que los trabajadores de Puebla "son de los que menos ganan en el país", al ocupar el sitio 31 de 32 entidades en cuanto a sueldos por persona.
De hecho, en meses pasados, el INEGI dio a conocer (Jornada de Oriente, agosto 16) que un millón 99 mil 585 trabajadores poblanos sobreviven con salarios de apenas uno o dos salarios mínimos al día, el 62 por ciento de los empleados en la entidad carecen de prestaciones y más de 309 mil personas no reciben sueldo alguno, mientras su gobierno marinista gastó decenas de millones de pesos en financiar películas, como "La Leyenda de la Nahuala" y "Nickté", que no generaron empleos, desarrollo económico ni atrajeron inversiones.
Al mismo tiempo, la Puebla que deja Mario Marín Torres es una de las más desiguales del país (sitio 30) en cuanto a la disparidad en los ingresos de sus habitantes y tiene el último lugar en el rubro de gestión de trámites empresariales, de acuerdo este análisis del ITESM.
Pero no solamente instituciones académicas registran el grave retroceso económico y productivo que el marinismo generó en Puebla. El pasado 6 de diciembre la consultora Aregional (E-consulta) dio a conocer que el 73.3 por ciento de los poblanos se mantiene en la informalidad e, incluso, nuestro estado ocupa el 4to lugar nacional en este nada honroso rubro.
Corrupción, disparada
Y mientras el titular de la Obra Pública marinista, Javier García Ramírez, busca ampararse contra las denuncias de la PGR por supuesto enriquecimiento inexplicable, lo cierto es que la corrupción fue la constante en el sexenio que termina, como lo constata el más reciente estudio de Transparencia Mexicana, que precisó que Puebla es el cuarto estado más corrupto del país.
Con un índice de 11.0, solamente Tlaxcala, el Estado de México y el Distrito Federal con más corruptos que la Puebla marinista, según Transparencia Mexicana, que precisó que entre sus dos más actuales revisiones (2005 y 2007) este indicador creció en Puebla al pasar de 10.9 a 11 puntos, lo que constata que el marinismo no solamente redujo este flagelo, sino que lo incrementó.
Inclusive, estados como Colima, Aguascalientes, Oaxaca, Zacatecas (donde la ex gobernadora Amalia García Medina enfrenta severa acusaciones de su sucesor, Miguel Alonso Reyes), Guanajuato o Nayarit son mucho menos corruptos que Puebla, de acuerdo a este organismo, filial de Transparencia Internacional.
Los trámites burocráticos en que se dan más anomalías contra los ciudadanos y con los que la burocracia hace su agosto en Puebla, son la regularización de los vehículos, el permiso para obtener un uso de suelo, la verificación de los contaminantes y asuntos o denuncias ante el Ministerio Público.
De hecho, a nivel nacional Puebla es emblema porque su Ley de Transparencia es una de las peores del país, al permitir que el gobierno estatal evada responder las dudas de la ciudadanía, que no puede saber cuánto ganan – en realidad, con bonos y demás salarios y prestaciones ocultas – los funcionarios, ni cuánto dinero se gasta en la promoción mediática de la gestión marinista o en qué se erogan los bienes públicos.
Incluso, en mayo de este año (nota de E Consulta), el Ranking Transparencia Estatal 2010 informó que el portal del gobierno en la materia es el cuarto peor del país, al ocupar el sitio 29 de 32, porque no contribuye a la rendición de cuentas, ni permite emitir sugerencias o calificar a las dependencias.
Educación, reprobada; Salud, enferma
El marinismo fue especialmente devastador para la educación pública, como lo demostró la SEP federal en septiembre pasado al dar a conocer los resultados de su prueba Enlace, que dio a conocer que el 86.2 por ciento de los alumnos de secundaria reprobó matemáticas, mientras que casi el 77 por ciento de los estudiantes de primaria desconoce la historia de México (Jornada de Oriente, miércoles 1ro).
Y mientras el titular de la SEP en Puebla, Darío Carmona García, presionaba a los maestros y empleados de la dependencia, para que hicieran proselitismo por López Zavala y se promovía como coordinador alterno en la campaña de su fracasado candidato, el 92 por ciento de los estudiantes evaluados en las escuelas primarias sacaba menos de 60 puntos en una escala de 100 puntos.
De hecho, según Enlace, menos del 36 por ciento de los estudiantes poblanos evaluados en primaria sacó "buenas" o "excelentes" calificaciones en matemáticas, mientras que el resto obtuvo una evaluación "insuficiente o elemental". Por su lado, los alumnos de secundaria están más que reprobados en español, porque casi el 40 por ciento sacó "insuficiente" en su evaluación y el 44 por ciento apenas tiene conocimientos "elementales".
Así como la educación marinista salió reprobada, el sistema de salud alentado por Mario Marín Torres está enfermo, muy enfermo, casi moribundo, como lo ratifica el hecho de que esta secretaría fue una de las que más cambió de encargados: empezó Roberto Morales Flores, le siguió Antonio Marín López y hoy está José Alfredo Arango García, quien hoy enfrenta una acusación del diputado federal del PRI y ex secretario general del sindicato de esa dependencia, Malcom Ramírez Martínez.
Hace pocos días, Malcóm Ramírez acusó a su ex cómplice, Alfredo Arango García, de haber incurrido en anomalías por más de 500 millones en la adjudicación de compras directas, porque –según el legislador priísta – el titular de la secretaría de Salud marinista pagó los medicamentos hasta 5 veces más caros que su precio real.
La realidad y los electores reprueban al marinismo
Al mismo tiempo, el Observatorio del Desempeño Hospitalario 2009 elaborado por la secretaría de Salud federal informó (10 de septiembre del 2010, Jornada de Oriente) que casi el 43 por ciento de los poblanos que acuden a un centro de salud del gobierno estatal sale de ahí sin sus medicinas.
Puebla ocupa el lugar 11 entre las entidades del país con los peores índices de disponibilidad de fármacos, porque el desabasto de medicinas en sus clínicas es notorio. En el Hospital General del Sur de la Angelópolis fue del 23 por ciento, en tanto que en el de Tehuacan llegó al 42 %.
Además, en los nosocomios del gobierno hay falta de médicos, de enfermeras y lenta atención a los sufridos pacientes, ya que quienes requieren tratamiento de urgencia deben esperar hasta 71 minutos para recibirlo (nota de E Consulta, 3 de octubre del 2010), según el más reciente reporte del Sistema Nacional de Indicadores en Salud del gobierno federal.
Esta realidad deja en claro que el gobierno de Mario Marín Torres resultó reprobado en casi todos los rubros socioeconómicos importantes…y también explica por qué los ciudadanos reprobamos al marinismo en las urnas el pasado 4 de julio. Simplemente, no queríamos otro sexenio igual o peor.
Los últimos rebuznos de marinistas
Fieles a su costumbre de mantenerse en la inconsciencia, varios marinistas han lanzado sus últimos rebuznos desde el gobierno estatal y sobresale Gerardo Pérez Salazar, que ya reconoció que quiere ser diputado federal en el 2012, a pesar de ser el secretario de Finanzas de un gobierno corrupto, que endeudó al estado y que se convirtió en cómplice de los escándalos y fraudes financieros.
Sí, seguramente los poblanos defraudados por las financieras se mueren de ganas de ver a Pérez Salazar en las boletas del 2012. Otro secretario que sigue en el limbo es Valentín Meneses Rojas, quien dijo a Cambio que el caso Cacho fue el mito del sexenio, como si los millones de mexicanos y poblanos que escuchamos a Mario Marín reconocer que había ordenado violar a Lydia Cacho nunca hubiéramos existido.
Como si los ciudadanos fuéramos tan estúpidos para creernos aquello de "es mi voz, pero no es mi voz", como pretextó Marín Torres al quedar evidenciado ante la opinión pública nacional e internacional. ¿De veras Valentín Meneses piensa que el hecho de que Marín sea – junto con Ulises Ruiz y Fidel Herrera – uno de los ex gobernadores más repudiados del país es producto del azar?.
Finalmente, el coordinador de Comunicación Social del gobierno, Javier Sánchez Galicia, se aventó la última broma macabra del sexenio al decir que, según sus encuestas, Marín Torres acaba su gestión ¡con una calificación ciudadana de 8!.
Esta aseveración es para morirse de risa, ya que – sin duda – el "estudio demoscópico" al que alude es tan "certero, confiable y veraz" como las encuestas que decían que López Zavala era "inalcanzable" y que llevaba 20 o más puntos de ventaja sobre Rafael Moreno Valle.
Versión Impresa
Enviar 
