DEBATE

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 Por Roberto Desachy Severino

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Moreno Valle, motor y ancla de Fernando Manzanilla

No cabe duda de que Rafael Moreno Valle es el motor principal de la carrera política de Fernando Manzanilla Prieto: desde la campaña lo hizo su coordinador general y hombre de toda su confianza y, ya en el gobierno, hizo que los diputados locales (siempre tan empinados al Ejecutivo) modificaran la ley, para crear la súper secretaría General de Gobierno, desde la que Manzanilla interviene en todo e impulsa su candidatura a la alcaldía de Puebla.

Legalmente Manzanilla Prieto es el jefe del gabinete morenovallista y, con ello, tiene de manera formal más poder que sus antecesores en el cargo y de quienes ejercieron las funciones de vicegobernadores, como Javier López Zavala o el propio Rafael Moreno Valle, que desde la secretaría de Finanzas fue el funcionario más poderoso en la gestión de Melquiades Morales Flores.

Pero si por un lado el gobernador es el más importante respaldo de Fernando Manzanilla; por el otro también es su ancla más pesada, el lastre cuyas decisiones, pugnas e imposiciones ha generado que el morenovallismo sea visto con recelo, desconfianza y enojo por el PAN y los demás partidos que en su momento integraron Compromiso por Puebla.

De nada sirve que el secretario general de Gobierno tienda puentes con el operador del Yunque en la entidad y la ciudad, el edil Eduardo Rivera Pérez, apareciendo con él en un evento conjunto, cuando Moreno Valle amaga con quitarle al ayuntamiento y al panismo tradicional la ceremonia del 15 de septiembre, acción que – de darse – sería vista por el PAN tradicional como un ataque más del Ejecutivo contra el partido.

Incluso, el hecho de que sectores del PAN y del Yunque, como la cúpula empresarial (CCE con Francisco Rodríguez), se hayan pronunciado contra la propuesta del gobernador de mover a la zona de Los Fuertes el festejo del grito del 15 de septiembre debe ser visto como un abierto rechazo de la cúpula yunquista a la posibilidad de que Rivera Pérez pierda esa ceremonia.

GOBIERNO MORENOVALLISTA, NO PANISTA

Manzanilla Prieto es especialmente cuidadoso, comedido con 2 de los emisarios más trascendentes del Yunque, Juan Carlos Mondragón y Eduardo Rivera, a quienes trata con más deferencia que a los demás dirigentes de partidos o ediles, porque el secretario sabe que sus posibilidades de GANAR alcaldía de Puebla son directamente proporcionales a que el PAN le dé la candidatura.

Incluso, Manzanilla Prieto no tendría empacho alguno en ordenar a los diputados del Congreso local avalar la 1ra cuenta pública de Rivera Pérez y los legisladores le obedecerían ciegamente…pero se trata de una instrucción que solamente Moreno Valle puede dar y, hasta ahora, no lo ha hecho.

En su lucha por la presidencia de la 4ta ciudad más poblada del país, e funcionario más poderoso del sexenio es consciente de que tiene en la bolsa las candidaturas del PANAL y Compromiso por Puebla, pero dichas postulaciones –aunque vayan en alianza- no le sirven de NADA si no es con el PAN, porque para el 2013 muy probablemente el PRD se niegue a volver a aliarse a Moreno Valle y, de cualquier manera, el perredismo volverá a menos del 12 por ciento de la votación, una vez que AMLO no contenderá.   

¿Pero por qué los panistas de Puebla - yunquistas y tradicionalistas - tendrían que respaldar en el 2013 al representante y cuñado de un gobernador que los ha maltratado y excluido de su gestión?, como lo demuestra el hecho de que solamente metió a uno del PAN –Pablo Rodríguez Regordosa- en su gabinete.

Al mismo tiempo, Moreno Valle tiene a varios priistas, marinistas y melquiadistas en su gobierno y en lugares destacados, como Ardelio Vargas Fosado, Jesús Morales Rodríguez, director de Protección Civil actualmente y ex alto funcionario (director de la Policía Metropolitana y porrista de López Zavala) en el gobierno del defenestrado Mario Marín Torres.

PAN, PERJUDICADO POR PLEGARSE AL GOBERNADOR

Y menos atractivo resulta para panistas tradicionales como Juan Carlos Mondragón, Juan Carlos Espina o Eduardo Rivera pactar con el moenovallismo luego de las elecciones presidenciales pasadas, ya que Gustavo Madero y el PAN nacional le cedieron al gobernador Valle la suplencia en la 1ra fórmula al Senado y 8 de 16 candidaturas a las diputaciones federales, además de un excelente lugar en la plurinominal para Eukid Castañón.

Pero poco o nada se benefició el PAN tradicional de esta negociación, ya que mientras el gobernador logró colocar a Patricia Leal como senadora suplente del calderonista Javier Lozano, pudo enviar a San Lázaro a sus operadores internos Blanca Jiménez Castillo, Néstor Gordillo y hasta hizo diputado federal a su amigo Julio Lorenzini, los panistas apenas ganaron una curul con Maritza Ortíz.

Incluso, el hecho de que Eukid Castañón quedara fuera del Congreso de la Unión, a pesar de que Gustavo Madero le diera una plurinominal en inmejorable e inmerecido lugar dentro de la lista por la 4ta circunscripción, quiere decir que el presunto "súper" operador de Moreno Valle NO FUE CAPAZ de hacer que el blanquiazul obtuviera una votación suficiente que le garantizara su propia entrada a la Cámara.

Si a este fracaso de Eukid Castañón en la contienda presidencial se le suma el que tampoco ayudara al PAN y a la hermana de Felipe Calderón Hinojosa, María Luisa, a ganar Michoacán, entonces se llega a la conclusión de que –más allá de la victoria en el 2010 por la entidad y alcaldía de Puebla – el morenovallismo no ha coadyuvado para otros triunfos del blanquiazul y, al parecer, sus operadores electorales no son lo eficientes que se creía.

Este contexto explica por qué Moreno Valle es- al mismo tiempo – el principal motor y la ancla más pesada en el camino de Fernando Manzanilla a la presidencia municipal de Puebla. Además,  el PRI tiene varios aspirantes, como Enrique Agüera Ibáñez, José Chedraui, Enrique Doger, que para recuperar la alcaldía contarán con el beneplácito ¿y recursos? de Los Pinos y Enrique Peña Nieto.