Roberto Desachy Severino
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A estas alturas del partido, en el búnker del dirigente estatal del PAN, Rafael Micalco Méndez, ya deben haberse asumido a plenitud y, sobre todo, interpretado los resultados de la elección interna que llevó a Ricardo Anaya Cortés a la presidencia nacional del partido, a pesar de que el candidato del Yunque y, en consecuencia, de Rafael Micalco, era Javier Corral.
Las cifras no mienten: En Puebla, Anaya Cortés obtuvo 18 mil 200 votos y Javier Corral apenas logró 3 mil 500, lo que quiere decir que el Yunque fue arrasado por el morenovallismo, a pesar de que dicha corriente interna colocó como presidente de la comisión organizadora de la consulta interna a uno de los suyos: Pablo Montiel Solana, uno de los consentidos de dicha organización.
Este contexto debe haberle dejado claro a Micalco Méndez que su reelección al frente del PAN estatal es, prácticamente, una misión imposible, porque el grupo panista que lo apoya ha perdido fuerza de manera paulatina, es poco representativo y hoy es un sector muy ruidoso, muy activo en redes sociales, pero pequeño.
Ana Teresa Aranda Orozco, Juan Carlos Espina Von Roherich, Eduardo Rivera Pérez, Pablo Montiel y demás miembros del grupo más conservador del PAN en Puebla son muy gritones y buenos para organizan "marchas"… a las que van menos de 20 personas, pero – a la hora de ganar una elección interna o externa – les falta capacidad de movilizar a la gente y poder de convocatoria.
MICALCO MÉNDEZ: UNA SALIDA DIGNA
Micalco Méndez llegó a la dirigencia estatal del PAN como una coincidencia o acuerdo político del gobernador Rafael Moreno con el Yunque. Pero el mismo presidente del blanquiazul se encargó de hacer público su distanciamiento con el ejecutivo a lo largo del año, al llevarle la contraria prácticamente en todos los rubros: afiliaciones al partido, alianzas con otras fuerzas, nombramientos, etc.
Además, durante la pasada contienda federal, el Comité Directivo Estatal del blanquiazul brilló por su ausencia a la hora de apoyar a los candidatos. Este contexto deja claro por qué el grupo político del gobernador no aceptará –ni con mucho – que Micalco Méndez se reelija como presidente.
Su tiempo concluye como dirigente estatal, se distanció de quien fuera su gran apoyo -Moreno Valle-y el grupo político que lo defiende no tiene posibilidades reales de ganar la elección por el Comité Estatal y, en este contexto, ir a una contienda interna es arriesgarse a quedar exhibido en las urnas...nuevamente.
No obstante, tiene fortalezas con las que aspirar a reconstruir su carrera política: defendió a toda costa sus conceptos –equivocados o correctos- y, muy a su manera, tiene más que puesta la camiseta panista. Incluso, los morenovallistas saben que para ganar las elecciones del 2016 necesitarán de todo el panismo nacional y poblano, incluido del sector al que pertenece Micalco Méndez.
Por lo mismo, existe una posibilidad real de que el dirigente obtenga una salida digna, que permita despresurizar el ambiente interno en el PAN de Puebla y que, al mismo tiempo, implique para él la oportunidad de conquistar nuevos espacios políticos o de gobierno.
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