DEBATE

 

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DEBATE

Por Roberto Desachy Severino

rodese70@hotmail.com

http://robertodesachydebate.blogspot.com/

Moreno Valle y Eduardo Rivera, vecinos cada vez más distantes

Aunque el secretario de Seguridad Pública estatal, Ardelio Vargas Fosado, trate de minimizar el impacto negativo que padecerá la ciudadanía por el hecho de que este jueves 436 policías estatales dejarán de depender del ayuntamiento de Puebla, para regresar a las órdenes del gobierno estatal, lo cierto es que si de por si la ola delictiva que azota la Angelópolis lleva tiempo dañando a los poblanos, lo lógico es que dejar a la gestión municipal con menos elementos favorezca mucho más a los delincuentes que a la sociedad.

Así, quienes vivimos en la capital estamos pagando con sangre, asaltos a mano armada y robos en sitios públicos, como joyerías y restaurantes, el costo de la cada vez mayor animadversión política y personal entre el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y el edil de Puebla Eduardo Rivera Pérez, quienes son vecinos cada vez más distantes.

Además, con el regreso a la policía estatales de dichos 436 agentes, la secretaría de Seguridad Pública Municipal a cargo de Rivera Pérez y su inútil colaborador, Amadeo Lara Terrón, habrá perdido un total de 926 uniformados, que, según el mismo Lara Terrón, representaban el 75 por ciento de la dependencia.

Para decirlo claramente: Eduardo Rivera Pérez y su ayuntamiento se quedan sin policías y, a partir de mañana, la seguridad de la ciudad dependerá de Rafael Moreno Valle y Ardelio Vargas Fosado, quien se ha caracterizado mucho más por reprimir ciudadanos y reporteros que por ser eficiente en la protección de las vidas y patrimonio de los poblanos.

Dejar al edil de Puebla sin elementos de seguridad es, en sí mismo, una prueba más de que su relación personal, institucional y política con el gobernador es bastante mala, porque Moreno Valle quitará a Eduardo Rivera elementos que, bien utilizados, son básicos para cuidar la gobernabilidad de la 4ta ciudad más importante del país.

Y no debe descartarse que esta nueva demostración de animadversión mutua entre el gobernador y el presidente municipal se deba a las elecciones, pero no a las presidenciales del 2012, sino a las locales del 2013, ya que Moreno Valle está apoyando con todo a su secretario de Gobierno Fernando Manzanilla para la alcaldía de Puebla, mientras Rivera Pérez y su grupo quieren que el PAN lance a Manuel Janeiro, Leonor Popócatl, Íñigo Ocejo o a Pablo Montiel, para que las arcas de la ciudad sigan en manos del Yunque.

ELEMENTOS

 

·         Los pleitos entre gobernadores y alcaldes de Puebla han tomado como ring a la Policía Municipal y, desde luego, a la ciudadanía en varias ocasiones antes de ésta: el priísta Manuel Bartlett Díaz nunca le cedió al panista Gabriel Hinojosa el control de los uniformados, con el argumento de que los usaría contra ambulantes, ya que – según el mandatario estatal – el edil estaba "loco".

·         El siempre tibio Melquiades Morales dejó que sus presidentes municipales, el priísta Mario Marín Torres y el panista Luís Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús Paredes Moctezuma, manejaran a sus policías, aunque este éste último cuestionado cuando los utilizó para golpear a jubilados del sindicato de trabajadores del ayuntamiento.

·         Mario Marín Torres accedió a que sus ediles priístas Enrique Doger Guerrero y Blanca Alcalá Ruiz manejaran sus corporaciones policíacas, aunque el primero de ellos tuvo un verdadero desfile de secretarios de Seguridad Pública: Humberto Vázquez Arroyo, Omar Álvarez Arronte, Ludivino Mora Acevedo y Rolando López Villaseñor.

Lo lamentable de estos choques entre gobernadores y ediles es que en medio siempre queda la ciudadanía de Puebla, que hoy es dañada por una grave ola de crímenes que azota a esta capital, sin que los ejecutivos federal, estatal o municipal logren abatirl