DEBATE
Por Roberto Desachy Severino
http://robertodesachydebate.blogspot.com/
Pastorcito de Petlalcingo: Sedena y Felipe Calderón, sin compromiso social
El 19 de julio del 2011, en el pueblo de Petlalcingo, una granada cambió para siempre y para mal la vida del niño de 12 años Osvaldo Zamora Barragán, quien por la explosión de ese artefacto perdió un brazo y una pierna, días después de que elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) estuvieran haciendo operaciones en dicha zona.
Como los pobladores de Petlalcingo dijeron que fue una granada de los militares mexicanos lo que mutiló a Osvaldo Zamora, después del accidente tanto la Sedena como el gobierno estatal se dedicaron a hacer lo imposible por "matar el tema" en los medios de comunicación y tratar de limpiar imagen del ejército: trajeron una exposición para exaltar a las fuerzas armadas, se llevaron al pastorcito al DF para que sus familiares tuvieran el menor contacto posible con la prensa local y la PGJ de Víctor Carrancá Bourget ya señaló que no fue un arma de la Sedena la que dañó al niño.
En el colmo de las contradicciones, Carrancá Bourget dijo (20 de febrero, El Universal, nota de Xóchilt Rangel) primero que la PGJ había determinado "perfectamente" que el tipo de granada que mutiló al niño de Petlalcingo no era del Ejército Mexicano, aunque nunca supo precisar qué clase bomba fue la que lo dejó sin una pierna y un brazo y apenas atinó a decir que quizás se trató de "un aditamento que puede incorporarse a diversas armas, pudo ser un lanzagranadas o un explosivo que se utiliza como disuasivo en las manifestaciones".
PGJ confirma que Sedena se desentiende del niño pastor
La PGJ ya cumplió con su obligación política de limpiarle la cara a la Sedena y, además, informó que pronto Osvaldo Zamora será regresado a Petlalcingo y, aunque el área de Comunicación Social de la dependencia diga que el menor seguirá siendo atendido, hasta ahora ni ésta ni ninguna otra área de los gobiernos estatal o federal han dicho qué apoyos concretos recibirá de por vida o hasta qué tiempo el menor al que una granada mutiló.
Y al intentar limpiarle la cara a la Sedena, el gobierno estatal cae en el exceso en que incurrió el área de prensa del Hospital del Niño Poblano al asegurar que, "de manera extraoficial", el HNP sabe que el pastorcito "se encuentra de buen ánimo, evolucionando satisfactoriamente y pronto será dado de alta"". Es decir que, según la secretaría de Salud de Puebla, el menor se encuentra casi en el paraíso.
La frivolidad e indiferencia hacia Osvaldo Zamora y su familia mostradas por la Sedena dejan en claro una total falta de sensibilidad social de dicha dependencia, que, fiel a lo que dijo el presidente Felipe Calderón cuando calificó como "daño colateral" a los civiles inocentes asesinados en su guerra contra la delincuencia organizada, continúa desestimando el dolor de los miles de ciudadanos a quienes, como al niño pastor de Petlalcingo, la actuación irreflexiva y brutal del Estado mexicano les cambió la vida para siempre y para mal.
Así, para la Sedena y sus titulares, Felipe Calderón Hinojosa y Guillermo Galván Galván, en ese orden, Osvaldo Zamora no es más que otro "daño colateral", aunque en realidad sea un menor de 12 años que perdió un brazo y una pierda con las que todavía debería contar y que siempre le harán falta, para estudiar, jugar, divertirse, trabajar, caminar, etc.
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