DEBATE

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Por Roberto Desachy Severino

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Peña Nieto y su arriesgada apuesta electoral en Puebla: revivir al "góber precioso"

En el 2010, el PRI perdió la gubernatura por varias razones, pero la principal fue que la gente demostró un hartazgo real al exhibicionismo, enriquecimiento y cinismo con que el llamado "góber precioso" Mario Marín Torres y su pandilla saquearon el estado y pasaron de ser funcionarios de medio pelo a improvisados "magnates" del fútbol, de los medios de comunicación y hasta de  parques de diversión.

Por ello, llama mucho la atención que el presidente Enrique Peña Nieto haya decidido que el grupo político priísta de Puebla al que su administración privilegia con cargos públicos sea, precisamente, el de Mario Marín Torres, que de la mano del Ejecutivo federal es – hoy por hoy – el sector del PRI que más y mejores posiciones usufructúa en el gobierno peñista.

Algunos dicen que Peña Nieto entregó Puebla a Mario Marín por el dinero y el activismo que le otorgaron el ex gobernador u su grupo en campaña. También se dice que plagar con marinistas sus delegaciones en Puebla fue una más de las maniobras con que el Presidente trata de desestabilizar al gobierno estatal de Rafael Moreno Valle.

Otras voces aseguran que al presidente no le quedó de otra más que recurrir al "góber precioso" y su pandilla, debido a que las demás corrientes del priísmo (dogeristas, melquiadistas, alcalistas, etc) tenían demasiados amarres con la administración morenovallista. .  

Sea cual fuere la razón, en este contexto, el resultado de la elección local de julio próximo definirá si el presidente acertó o se equivocó al hacer que el PRI estatal y, sobre todo, su gobierno federal quedaran en manos del marinismo, ya que el domingo 7 los ciudadanos podrían avalar con su voto el retorno pleno del "góber precioso" o volverlo a enterrar.

El pasado 20 de marzo, la administración federal nombró a Humberto Aguilar Viveros como delegado estatal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), pese a que este personaje fue presidente de la Gran Comisión del Congreso local en el último trienio del marinismo y avaló el endeudamiento de más de 2 mil mdp que el "góber precioso" cometió contra el erario poblano al finalizar su gestión.

OTROS MARINISTAS CONVERTIDOS EN PEÑISTAS

Pero Aguilar Viveros, mejor conocido como "calzonzin", no es ni con mucho el marinista más representativo "vuelto a la vida política" de Puebla por órdenes de Peña Nieto. En julio del 2009, después del que el PRI de Mario Marín ganara la elección federal intermedia  16 a 0 al PAN, el entonces dirigente priísta, Alejandro Armenta Mier, destapó al "góber precioso" para la Presidencia de la República.

Embriagado por el triunfo del 2009, Armenta Mier indicó (Apro, 10 de julio) que "el priismo nacional tiene que reconocer que tiene un activo de talla nacional como es el señor Mario Marín, que sufrió una injusticia electoral, que sufrió un atentado a su dignidad durante mucho tiempo", instó Armenta, quien lo definió como "un hombre que tiene una conducta intachable".

Hoy, el marinismo recalcitrante de Armenta Mier le redituó ser nombrado por el peñismo como director del Registro Nacional de Población (Renapo). Juan Carlos Lastiri Quirós fue diputado federal, dirigente del PRI estatal y titular de Desarrollo Social en el marinismo y con Peña Nieto es subsecretario de Desarrollo Social.

Juan Manuel Vega Rayet, Nancy de la Sierra, Juan Pablo Jiménez Concha, Juan de Dios Bravo Jiménez, Raúl de la Llata Mier son parte de la interminable lista de priístas que vivieron su cúspide política de la mano del "göber precioso" y que hoy ocupan cargos con la representación directa de Peña Nieto en Puebla.  

La encargada del CEN para el proceso electoral en el estado Ivonne Ortega, aseveró que el "factor Marín" no influirá en la elección de julio, lo que implica de manera directa que la misma secretaria general del PRI sabe que la sombra del ex gobernador NO beneficiará a su partido. Sin embargo, ya en campaña, el marinismo puede convertirse en un lastre igual o más pesado que un "gasolinazo" o alguna devaluación para el otrora partidazo.