DEBATE

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Por Roberto Desachy Severino

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1er Informe de EPN: crecen deuda interna y externa

Aunque el presidente Enrique Peña Nieto, su secretario de Hacienda Luis Videgaray y sus millones de spots y promocionales no lo digan, sí hay un rubro en las finanzas públicas –aparte de la inflación -que no ha dejado de crecer desde que el PRI regresó a Los Pinos gracias a la amnesia colectiva de los mexicanos: el de la deuda pública interna y externa.

De acuerdo a datos oficiales de la secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la deuda interna neta del sector público federal en diciembre del año pasado era de 3,769,999.1 millones de pesos, lo que representaba el 23.5 por ciento del PIB nacional. Para julio del 2013, ese indicador ya habías ascendido a 3,880,060.7mdp, lo que refleja que la crisis económica que afecta al país viene aderezada con mayor endeudamiento interno.

La misma fuente precisa que la deuda interna bruta en diciembre del 2012 era de 3,861,092.4 millones de pesos, que se traducían hasta en 24.1 por ciento del PIB. Hasta finales de julio del 2013 ese indicador se había elevado a  4,151,993.0 mdpm más los endeudamientos que se acumulen hasta diciembre.

CON EPN TAMBIÉN CRECE LA DEUDA EXTERNA

Pero a Peña Nieto no solamente la crece la deuda pública interna neta, sino que también la externa va por el mismo camino. Datos de la SHCP precisan que en diciembre del 2012 este rubro rondaba por el 9.9 por ciento del PIB al alcanzar los 121,659.millones de pesos.

Para el pasado julio ese indicador financiero ya había alcanzado los 126,534 mdp. Respecto a la deuda pública bruta, el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa heredó al país compromisos por 125,726 millones de pesos; es decir, el 10.2 por ciento del PIB nacional, pero hoy lo que se debe son 127,925.3 mdp.

Las cifras permiten sacar conclusiones interesantes y la primera es que la gestión de Peña Nieto ha incrementado el endeudamiento del sector público federal en sus dos vertientes, pero en mayor medida ha elevado la deuda interna del país. Quizá ello ayude a entender por qué mientras a nivel internacional la imagen del presidente puede no ser mala, ante los mexicanos se va deteriorando cada vez más.