DEBATE
Por Roberto Desachy Severino
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Conflicto EPN-CNTE; ¿Quién evalúa a los evaluadores?
Luego de checar algunos párrafos de la Ley General del Servicio Docente que envió Enrique Peña Nieto al Congreso de la Unión y que sus aborregados senadores y diputados federales aprobaron, no puedo más que avalarla, cuando menos en algunos aspectos, como en su artículo 13: "La evaluación interna deberá ser una actividad permanente, de carácter formativo y tendiente al mejoramiento de la práctica profesional de los docentes y al avance continuo de la Escuela y de la zona escolar.
"Dicha evaluación se llevará a cabo bajo la coordinación y liderazgo del director.Los docentes tendrán la obligación de colaborar en esta actividad". Tampoco puedo cuestionar su inciso 19: "Del ingreso al Servicio (Docente). El ingreso al servicio docente en la Educación Básica y Media Superior que imparta el Estado y sus Organismos Descentralizados, se llevará a cabo mediante concursos de oposición que garanticen la idoneidad de los conocimientos y las capacidades necesarias".
El problema de fondo es si Enrique Peña Nieto, su secretario de Educación Pública Emilio Chuaiyffet y compañía tienen los conocimientos, la calidad moral, profesional y política como para exigir a los maestros mexicanos que mejoren su desempeño y sean evaluados periódicamente, cuando – según la última evaluación de la siempre generosa con el presidente en turno Consulta Mitofsky – el presidente salió reprobado con el 56 por ciento de la aceptación ciudadana, el porcentaje más bajo desde que otro priísta, Ernesto Zedillo, metió al país en la crisis financiera de 1995.
Si fuera maestro, la verdad, tampoco me gustaría ser evaluado por un secretario de Educación como Emilio Chuayffet Chemor, quien en diciembre de 1997 era el secretario de Gobernación del entonces presidente Ernesto Zedillo y permitió el caso Actual, cuando en el municipio de Chenalhó, en Chiapas, 45 indígenas fueran masacrados por guardias blancas de caciques identificados con el PRI.
EMILIO CHUAYFET, CÓMPLICE DEL CASO ACTEAL
Luego de la matanza se supo que Chuayffet Chemor había tenido conocimiento –dos meses antes - de que la masacre podría ocurrir, pero fue omiso y, en consecuencia, cómplice del caso Acteal. Por ello, el 3 de enero de 1998 fue renunciado a la secretaría de Gobernación y sustituido por Francisco Labastida Ochoa, que a la postre sería el candidato presidencial del PRI que, derrotado por el hartazgo ciudadano, entregaría Los Pinos al PAN.
No les falta razón a los profes de la CNTE cuando argumentan que no quieren ser evaluados por un presidente (Peña Nieto) que no ha leído 3 libros en su vida y que tampoco sabe cuál es la capital del estado de Veracruz. Tampoco desean ser calificados por un titular de la SEP cuya vida en el servicio público del país se ha caracterizado por la omisión criminal demostrada en el caso Acteal o por su desempeño gris, mediocre como diputado federal y gobernador del Estado de México.
Tampoco puede confiarse una evaluación magisterial en una SEP que ¡manda a hacer libros de texto con 117 faltas de ortografía y los paga!, en algo que más que "falla humana o técnica" huele a uno más de los escandalosos negocios y fraudes que, al amparo del presupuesto educativo y de otros sectores del gobierno, se cometen en toda la administración pública federal.
Inclusive, es claro que para avanzar México no solamente necesita evaluar a los maestros, sino también al mismo presidente, al titular de la SEP, a los 500 huevones diputados federales y 120 senadores, que cobran mucho, a pesar de trabajar poco y ser – muchos de ellos – analfabetas funcionales, levantadedos profesionales y oportunistas políticos.
LAS DEBILIDADES DEL MAGISTERIO
El problema para los maestros, no solo de la CNTE, sino también del SNTE y de todo el magisterio nacional es que están indefensos ante la fuerza del Estado, que desde luego manipula la información y usa su fábrica de ilusiones – Televisa- para tergiversar la realidad, además de que el actual dirigente del sindicato nacional, Juan de Dios de la Torre, el actual titular del SNTE, no es más que un saltimbanqui de Peña Nieto y su gabinete.
Otro obstáculo para los profes – el más grave – es su propia desunión. El 26 de febrero de este año, cuando la PGR de Jesús Murillo Karam detuvo a la ex dueña del SNTE, Elba Esther Gordillo, nadie – ni su "propia gente" -levantó un dedo para defenderla y fue entonces cuando Peña Nieto y compañía vieron la vulnerabilidad política y laboral del sector y se decidieron a acabar con algunas de sus canonjías.
El sector magisterial del país se enfrenta a una opinión pública que, desinformada y manipulada por Televisa y por la mayoría de los medios informativos controlados por el gobierno federal, pero que claramente sí está a favor de que los maestros sean evaluados, de que las plazas del sector no se hereden y, por el contrario, rechaza las manifestaciones y bloqueos que le impidan llegar a su hogar, trabajo, hospital, escuela, etc.
Finalmente, mientras Televisa, EPN y la SEP se la pasan pregonando las "bondades" de la ley General del Servicio Docente recién aprobada, nadie del SNTE o la CNTE han argumentado por qué sienten que dicho reglamente les quita derechos y tampoco han precisado qué fallas o problemas les puede provocar a los alumnos, que son o deberían ser la base del sistema educativo nacional.
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