FW: DEBATE, columna 1

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From: rodese70@hotmail.com
Subject: DEBATE, columna 1
Date: Wed, 11 Sep 2013 22:43:08 -0500

DEBATE

Por Roberto Desachy Severino

rodese70@hotmail.com

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Reforma de EPN: limitada, centralista, unilateral y…no educativa

Desde que luego que el presidente Enrique Peña Nieto y su secretario de Educación Emilio Chuayffet Chemor no lo van a decir – tampoco los "analistas" de Televisa o Azteca, pero la realidad es que la mal llamada reforma "educativa" peñista es muy limitada, centralista, unilateral y, lo peor…no es educativa, sino laboral.

Leyendo el documento que envió Peña Nieto al Congreso de la Unión con su  presunta "reforma educativa", se puede constatar que no es tal, porque en ninguna de sus 18 páginas dice algo sobre la urgente necesidad de revisar, regionalizar o modernizar de manera permanente los planes de estudio, algo que sería básico para que el sector académico del país mejorara en verdad.

Lo que el Ejecutivo sí establece es un centralismo absoluto en el rubro educativo, debido a que en el artículo 3ro de la constitución incisos 2 y 3 señala que "el Ejecutivo Federal determinará los planes y programas de estudio de la educación preescolar, primaria, secundaria y normal para toda la República", aunque –supuestamente – tomará en cuenta a las gestiones estatales.

Otra grave falla de la decisión peñista avalada por los levantadedos del Congreso de la Unión es que solamente establece obligaciones – no derechos ni compensaciones –para los profesores, pero no así para la burocracia educativa, debido a que el documento presidencial no incluye estándares, exigencias o requisitos sea evaluado el personal burocrático de la SEP y ni siquiera fija perfiles para ocupar dichos cargos.

SÍ INCLUYE MÁS TRABAJO PARA LOS MAESTROS SIN PAGARLES EXTRA

Peña Nieto y Chuayffet Chemor tampoco lo van a decir, pero su presunta "reforma" laboral para el servicio docente sí incluye más trabajo y exigencias para los profesores, sin que se les pague extra o se les compense. En el documento avalado por el Legislativo se habla de escuelas con horarios ampliados, sin que haya una remuneración por hora equivalente y, de manera vaga, se dice que al magisterio se le apoyará con una "compensación".

El presidente y su grupo ni siquiera se tomaron la molestia de ofrecer a los profesores mejoras reales en las prestaciones que reciben, a pesar de que quienes han utilizado los servicios del ISSSTE sabe que son muy limitados, llenos de burocratismo y que se reciben luego de esperar varias horas.

Más que una "reforma educativa", insisto, es laboral enfocada a los trabajadores del magisterio, porque incluye más obligaciones – como las multimencionadas evaluaciones permanentes, algo a lo que pocos se pueden oponer-pero no garantiza mejoría al no establecer parámetros claros para ella ni revisiones a la oferta académica.

Incluso, Peña Nieto y Chuayffet Chemor generaron una gran molestia en la base magisterial (también en la del sindicato charro SNTE), puesto que su "reforma" responsabiliza estrictamente a los maestros de la calidad educativa, a pesar de que ellos no son los únicos involucrados en este proceso, que también inmiscuye a los mismos gobiernos federal y estatal, padres de familia y estudiantes.

CLIENTELAR, BUROCRÁTICA Y CENTRALISTA

El hecho de que el pago de los maestros ahora será concentrada por el Ejecutivo federal no solamente es un regreso al más primitivo centralismo de los gobiernos del PRI de los años 40s, sino que también es una medida para mantener el clientelismo con el que las administraciones federales (y después estatales) obtuvieron los favores electorales del SNTE y otros sindicatos a través del dinero público.

También es una reforma "cómoda" para las SEP federal y las de todos los estados, debido a que no incluye UNA SOLA OBLIGACIÓN CONCRETA para mejorar las instalaciones o la infraestructura educativa, ni dice cuándo todas las escuelas públicas del país contarán con computadoras o tecnología.

Para finalizar, la reforma de Peña Nieto es burocrática, porque en los hechos crea otra mini SEP, aunque llamado Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEA, igual que el aparato del gobierno federal que alfabetizaba a los adultos), que desde el centro del país supuestamente analizará los programas y resultados de TODO el sector educativo nacional, algo que  no es nada práctico.