COLUMNA 1, DEBATE, FOTOS DE TONY GALI, BLANCA ALCALÁ, ENRIQUE DOGER

DEBATE

Por Roberto Desachy Severino

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Puebla 2016: Tony Gali, el reto de mantenerse adelante

Dos diferentes encuestas publicadas el lunes pasado confirmaron lo que la clase política y la mayoría de los poblanos ya sabíamos: Tony Gali Fayad, alcalde de Puebla, es el indiscutible puntero por la sucesión gubernamental del 2016, como lo indicaron los estudios demoscópicos del Mendoza Blanco y Asociados y del Buro de Estrategias y Análisis del Poder (BEAP), de Rodolfo Rivera Pacheco: http://desdepuebla.com/tony-gali-encabeza-la-encuesta-para-ser-gobernador-del-2016/.

Las encuestas de Mendoza Blanco y Asociados y BEAP también son coincidentes en otros puntos: el 2do lugar por la gubernatura es la senadora Blanca Alcalá Ruiz y el 3ro es Enrique Doger Guerrero, ambos del PRI, aunque Gali Fayad supera a ambos priístas en dos de los rubros más importantes a la hora de ganar una elección: confianza de la gente y, sobre todo, el alcalde de Puebla tiene mayor porcentaje de gente que votaría por él a 10 meses de la sucesión.

El mismo Rivera Pacheco ha resaltado que la elección por la gubernatura del 2016 será muy cerrada, como lo fue la pasada, pero el estudio del BEAP trae otro dato interesante: en la lucha por partidos, el PAN tiene 29.7% de preferencias, mientras el PRI apenas anda con el 20.3 por ciento, lo que confirma que –pese al resultado de la pasada elección federal- el blanquiazul se mantiene como mejor marca que el tricolor, al menos en Puebla.

EDUARDO RIVERA PÉREZ, ANA TERESA ARANDA Y RAFAEL MICALCO, 0 DE COMPETITIVIDAD

En el caso del estudio demoscópico de Mendoza Blanco y Asociados, a pregunta concreta de quién le gustaría que fuera el próximo gobernador, Gali Fayad aventaja por mucho a todos con el 37% de las simpatías, Blanca Alcalá le sigue con el 15% y Juan Carlos Lastiri Quirós aparece rezagado con el 12%, pese a que tiene a todas las delegaciones federales de Peña Nieto empujando su atrasadísima candidatura.

Incluso, ambas encuestadoras coinciden en otro rubro trascendente: el alcalde de Puebla es el candidato natural por el PAN y una eventual alianza con el PRD y PANAL, como las que en el 2010 y 2013 ayudaron a sacar al PRI y al marinismo de Casa Puebla y a impedirle que volviera a apoderarse del ayuntamiento de la capital, respectivamente.

Los demás posibles candidatos panistas, como Eduardo Rivera Pérez, Ana Teresa Aranda (siempre se autopostula) y Rafael Micalco (también la busca, aunque nadie le crea) no son competitivos y nominarlos implicaría que el PAN le regalara la gubernatura al PRI de Mario Marín y Enrique Peña Nieto.

PREVISIBLE CHOQUE DE TRENES EN EL PRI

Un punto interesante en que Mendoza Blanco y Asociados y el BEAP coinciden es que Blanca Alcalá y Enrique Doger andan pegadísimos en la lucha por la postulación del PRI al gobierno de Puebla. A menos de 1 año de la elección local, los priístas de Puebla carecen de un candidato natural o de alguien capaz de unir a los demás alrededor suyo.

Además, ambos son priístas y ex alcaldes de la capital, pero ahí se acaban las similitudes: el ex rector basa su precampaña en la crítica fácil y populista de todo lo que hacen o dejan de hacer el ayuntamiento y el gobierno de Puebla, mientras la senadora no se desgasta en guerras de lodos y, pese a ello, se mantiene arriba de su correligionario.

Este escenario hace muy previsible un choque de trenes en la contienda interna del PRI por la gubernatura, ya que la lucha intestina en las filas priístas dejará heridos, damnificados y, sobre todo, perdedores que difícilmente se sumarán a quien postule el partido, principalmente porque varios de ellos, como el mismo Enrique Doger y/o Javier López Zavala podrían lanzarse como candidatos independientes o, incluso, el primero de ellos tiene reales posibilidades de ser postulado por Morena, como lo ratifica el hecho de que el dogerista Ignacio Mier Velasco sea el que controla la franquicia de AMLO en Puebla.

Y aunque Mier Velasco ya no va a las oficinas de Doger Guerrero ni viceversa, la realidad es que ambos se reúnen con periodicidad y que, si le$ conviene hacerlo, ninguno dudaría en u$ar la franquicia de AMLO para contribuir a la derrota del PRI en el 2016.