El fracaso de Eduardo Rivera o breve crónica de un aborto político, final
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CASO CITELUM, LA SOMBRA DE LA CORRUPCIÓN PAREDISTA CON EDUARDO RIVERA
Eduardo Rivera repite las políticas públicas del ex edil de Puebla al que quiso expulsar del PAN cuando el hoy alcalde era el dirigente estatal del partido.
La privatización del alumbrado público de la ciudad con Citelum es una demostración de profunda incongruencia e inconsistencia política –administrativa del presidente, porque como líder panista en la entidad encabezó la embestida con que el Yunque quiso expulsar del partido a quien en ese entonces era vilipendiado hasta por los propios representantes oficiales del albiazul: el ex munícipe Luis Paredes Moctezuma.
Y uno de los más fuertes reproches que Rivera Pérez le hizo a Paredes Moctezuma, incluso a través de un desplegado, fue que las políticas públicas del ayuntamiento paredista – que incluyeron la privatización de la luz a través de Citelum – no dieron "cumplimiento a la plataforma política del PAN", ni obedecieron el código de ética de los funcionarios públicos emanados del partido y tampoco "cumplieron la plataforma política ofertada a los electores".
La historia es la siguiente: el martes 11 de junio del 2002, el entonces presidente municipal de Puebla, Luis Paredes Moctezuma (Jornada de Oriente) anunció que privatizaría el servicio de alumbrado público, para "con las ganancias que se obtenga poner en marcha la semaforización inteligente (sic) de la capital poblana y pagar la iluminación de todos los monumentos existentes".
Paredes Moctezuma entregó a Citelum – a través de la entonces desconocida Mexicana de Mantenimiento en Alumbrado (MMA)- este servicio, que nunca se tradujo en una mejor semaforización, tampoco sirvió para que la ciudad estuviera iluminada y mucho menos representó ahorro o beneficio alguno para el erario municipal.
EDUARDO RIVERA REVIVE A CITELUM CON LICITACIÓN A MODO
El entonces dirigente estatal del PAN, Eduardo Rivera Pérez, y demás yunquistas nunca hablaron a favor de la privatización del alumbrado. Incluso, la fracción panista en aquél Congreso local externó un voto dividido en ese tema, que al final fue aprobado por la mayoría del PRI que controlaba el ex gobernador Melquiades Morales Flores.
Lo que se decía, inclusive al interior del albiazul, era que tras MMA estaba el ex vicepresidente de México, José María Córdoba Montoya (Jornada, 22 enero 2004).
Pocos meses más tarde, cuando Paredes Moctezuma quiso buscar la candidatura del PAN al gobierno, el entonces dirigente del partido, Eduardo Rivera Pérez, lo culpó de haber dirigido el ayuntamiento sin seguir los lineamientos del partido, de donde trató de echarlo a él y a 17 de sus colaboradores (Héctor Vera, Héctor Montiel, Cristina Sánchez de Cima, entre otros).
En mayo del 2005, Eduardo Rivera y compañía consiguen echar del PAN al paredismo…que regresa a las filas panistas en enero del 2006 (Intolerancia), cuando el TEPJF dictaminó que la expulsión del ex alcalde –promovida por el CEN y la dirigencia estatal panistas de Rivera Pérez- era ilegal y le devolvió sus derechos políticos partidistas.
En este contexto resulta curioso y plenamente contradictorio que el hoy alcalde de Puebla reprivatice el alumbrado público, exactamente con los mismos pretextos que externó el ex edil al que él trató de expulsar del partido: Luis Paredes Moctezuma, porque se suponía que este tipo de maniobras de dar dinero público a la iniciativa privada no obedecían a los estatutos, la plataforma y el modo de actuar de los gobiernos panistas.
Sin embargo, hoy – de la mano de Rivera Pérez - Citelum está se quedó con más de 152 millones de pesos por el negocio del alumbrado gracias a una licitación a modo que el ayuntamiento le armó, ya que la única empresa que se anotó en esta licitación expedida por el ayuntamiento de Puebla fue, precisamente, la misma que en el 2004 el hoy alcalde no avaló ni defendió.
Y para hacer ese negocio con cargo al erario, a la gestión de Eduardo Rivera no le importó mandar a su encargado de servicios públicos, Alejandro Fabre Fandini, a reconocer que uno de sus familiares es alto ejecutivo en Citelum.
Pero como el contrato con una de las empresas consentidas de Eduardo Rivera expira al mismo tiempo que el trienio, al parecer el edil y su equipo habrían cometido el negocio perfecto, porque hasta el momento nadie se los ha echado abajo.
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