DEBATE

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Por Roberto Desachy Severino

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Caso Aristegui: Peña Nieto, ¿cuántas aberraciones se cometen en tu nombre?

A primera vista, Enrique Peña Nieto y el PRI serían los principales beneficiados con el aberrante acto de censura llevado a cabo por el dueño de MVS, Joaquín Vargas, al sacar del aire a la reina de la radio y del periodismo en México, a la siempre polémica, pero muy escuchada, Carmen Aristegui, ya que el gobierno federal y su apéndice, el priísmo se habría quitado de encima una de las pocas voces críticas que quedaban en el cuadrante nacional.

Además, Carmen Aristegui le daba bastante juego al dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador, y nada hacía pensar que ello cambiara para las elecciones. Por lo mismo, el PRI acaba de deshacerse de una de las escasas periodistas radiofónicas que, sin duda, habría desempeñado un papel de pluralidad y consistencia en las elecciones de junio.

Este contexto explica por qué políticos medianitos, mediocres, como César Camacho Quirós e Ivonne Ortega mantienen un silencio cómplice respecto a la censura sufrida por la periodista. Seguro piensan, si es que pueden, que sacar de la radio a Carmen Aristegui les facilitará que sus mapacherías electorales queden impunes durante el proceso.

SILENCIO CÓMPLICE DE AMLO, CARLOS NAVARRETE Y DEMÁS

Lo que resulta inexplicable es que partidos supuestamente opositores al PRI, como el PRD, que es la 2da fuerza en el Congreso de la Unión, el PAN, Morena y demás no se hayan pronunciado acerca del ataque a la libertad de expresión que representó sacar del aire a la reina de la radio, a la periodista más escuchada de México.

Era de esperarse que Andrés Manuel López Obrador, Carlos Navarrete, Javier Sicilia o hasta Dante Delgado -como supuestos líderes políticos y/o sociales - aprovecharan la coyuntura, para rasgarse las vestiduras por el caso Aristegui y exigir freno a la ola autoritaria que Peña Nieto, su gobierno y el regreso del PRI a Los Pinos han generado para México.

Pero no lo hicieron, quizás, porque en los hechos se han convertido en cómplices del sistema priísta al avalas las reformas peñistas o, simplemente, por temor a una embestida mediática de MVS. Ello explica claramente por qué los políticos mexicanos, todos, cada día se alejan más de la gente, de la ciudadanía.

PEÑA NIETO, AFECTADO POR EL ATAQUE A ARISTEGUI

Y lo que tampoco han visto Peña Nieto y sus empleados en el PRI es que serán uno de los principales afectados por el ataque orquestado contra Carmen Aristegui, ya que, de entrada, la gran mayoría de la sociedad, líderes de opinión y en las redes sociales se señala al presidente y a su grupo como los culpables de esta censura.

De por sí nada de gracia le debe hacer al Ejecutivo federal el hecho de que cada vez haya más voces diciendo que su gobierno es peor que el de Felipe Calderón y, ahora, con el atentado a la libertad de expresión ejercida por Carmen Aristegui, México retrocedió a los años setentas, cuando Regino Díaz Redondo tomó por asalto el diario Excélsior azuzado por el repudiado ex presidente, Luis Echeverría Álvarez.

Ahora, ante las inevitables comparaciones, no faltará quien recuerde que los presidentes panistas, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, sobre todo éste último, aguantaron la tentación de recurrir al autoritarismo ante el periodismo crítico de Carmen Aristegui, a pesar de que la periodista exhibió que el presunto alcoholismo sí era un tema público y, por lo mismo, debía ventilarse así.

Y aunque, en su momento, en junio del 2007, José Gutiérrez Vivó, acusó a Felipe Calderón y a Vicente Fox de la muerte de su proyecto radiofónico e impreso, Monitor, porque le bloquearon la publicidad, la realidad es que en aquél tiempo el escándalo no generó la indignación social que hoy existe contra Peña Nieto por el caso Aristegui.

La diferencia entre el ataque a Excélsior orquestado en julio de 1976 por Luis Echeverría, el caso Gutiérrez Vivó en junio del 2007 y la censura a Carmen Aristegui en MVS, supuestamente ordenada o sugerida por Peña Nieto y su gente, es que hoy las redes sociales, la radio y TV por internet se encuentran mucho más desarrollados que antes y, de manera paulatina, se erigen como contrapesos al duopolio televisivo y a las grandes cadenas radiofónicas, que - desde siempre- se rigen más por criterios económicos, políticos y comerciales que por conceptos sociales o periodísticos.