DEBATE
Por Roberto Desachy Severino
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Rafa VS Rafa
Por ahí del 2006, cuando el "góber precioso", Mario Marín Torres, se sintió Dios en el poder y decidió pasarse por el arco del triunfo los acuerdos políticos con los demás grupos del PRI de Puebla, el entonces presidente del Congreso estatal y coordinador de los legisladores priístas, Rafael Moreno Valle, asumió que no sería candidato de su ex partido al Senado de la República y que, si aspiraba a la Cámara Alta, su única opción era el PAN.
Felipe Calderón, entonces aspirante del PAN a la presidencia de México, entendió que postular a Moreno Valle le ayudaría a ganar Puebla, ya que el entonces legislador local contaba con un grupo y capital político sólidos, además de que, en pocos años, Rafael podría ser un candidato ganador a la gubernatura, como se lo hizo ver la entonces lideresa nacional del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales.
En un principio, pocos panistas entendieron que la llegada del morenovallismo implicaría que, por fín, el blanquiazul podría ganar elecciones en otros municipios además de Puebla, Tehuacán, Atlixco y unos cuantos más, porque es una realidad que el panismo estatal no había ganado unos comicios estatales hasta que el hoy gobernador y su equipo llegaron al partido.
Entre los miembros del partido que vieron con optimismo la llegada de Moreno Valle estaban Roberto Grajales, Ángel Alonso Díaz Caneja (que le cedió su candidatura al Senado y Felipe Calderón lo mandó a la Cámara Alta por el estado de Hidalgo) y el mismo Rafael Micalco, que, pese a ser Yunque, vio que el morenovallismo podría aportar votos y victorias al albiazul.
AYER ALIADOS, HOY ENEMIGOS
Moreno Valle ganó la senaduría a su ex mentor, el otrora gobernador Melquiades Morales Flores y dejó a Mario Marín sin senadores, debido a que el amigo del alma del "góber precioso", Mario Montero, no alcanzó a llegar a la Cámara Alta. Y en el 2010, una megacoalición encabezada por el morenovallismo echó al PRI y al marinismo de Casa Puebla, para esperanza y regocijo de millones de poblanos.
Desde ahí, los rafaeles se convirtieron en aliados y, quizás, amigos, hasta hace poco más de un año. La realidad es que el gobernador de Puebla ha tenido una relación tortuosa con el PAN tradicional de Puebla, con el Yunque, desde que asumió la administración, ya que – al principio- el entonces dirigente estatal del partido, Juan Carlos Mondragón Quintana, se dedicó a ponerle trabas a Moreno Valle.
Rafael Micalco Méndez es yunque y muy cercano al ex presidente Eduardo Rivera…pero también era (cada día se confirma más que dejó de pertenecer a este grupo) morenovallista y, por ello, en el 2012 se convirtió en el único candidato a la dirigencia estatal del PAN, porque solamente él contaba con la anuencia tanto del panismo tradicional como de Rafael Moreno Valle.
LOS MOTIVOS DE RAFA
De manera paulatina, la relación política y personal entre los rafaeles se resquebrajó. Micalco Méndez comenzó a quejarse de que ya no lo recibía el gobernador y, sobre todo, de que su autoridad como presidente estatal del partido no era respetada a la hora de tomar decisiones internas.
Micalco Méndez empezó a oponerse a todo lo que venía de Casa Puebla: se pronunció contra una eventual alianza con el PRD en este 2015 y recurrió al TEPJF para echar abajo las llamadas "afiliaciones masivas", que amenazaban con quitarle a él y al Yunque el control de la burocracia del partido y, en especial, de las candidaturas plurinominales y dirigencias.
Ante la oposición sistemática de su ex aliado, Moreno Valle lo excluyó todavía más de las decisiones relacionadas con el partido y fortaleció sus lazos con la dirigencia nacional y con otras fuerzas políticas, como el PRD, PANAL etc.
Micalco Méndez acusó al morenovallismo de tratar de bloquear su festejo político de cumpleaños y asumió plenamente la causa de Eduardo Rivera, uno de los principales adversarios y detractores del gobernador al interior del blanquiazul.
EL VASO SE DERRAMA
Micalco Méndez sí aspira (¿o aspiraba?) a reelegirse como presidente del PAN en Puebla y tomó la bandera del antimorenovallismo, para tratar de obtener el apoyo de todos los panistas contrarios al gobernador, que –por otro lado- no mostró interés alguno en conciliar con el yunquismo, sino que, fiel a su estilo, se dedicó a imponer sus decisiones.
Cada vez que podía, Micalco Méndez denunciaba ante la prensa que el gobernador seguía sin recibirlo, hasta que, el 13 de abril, llegó a Puebla Aurora Aguilar Rodríguez como delegada especial del CEN para la contienda: http://desdepuebla.com/panistas-presentan-a-delegada-del-comite-ejecutivo-nacional-cen-del-partido-accion-nacional-pan, lo que en los hechos implicó relegarlo de la elección.
El vaso se derramó durante esta elección federal intermedia. Encabezados por Micalco, los panistas tradicionales se quejan, con argumentos, de que el grupo del Ejecutivo impuso todas las candidaturas, incluyendo las de algunos personajes que poco o nada tienen que ver con el PAN. Esto hizo que la dirigencia del partido se olvidara de la elección y de sus nominados.
Lo que Micalco Méndez olvida es que muchos de los que están contendiendo por su partido en estos comicios llevan bastante tiempo en el blanquiazul, como Genoveva Huerta, Angélica Ramírez, Sergio Gómez, etc.
LAS CONSECUENCIAS DE QUITAR A JORGE AGUILAR
Por su lado, el morenovallismo y, especialmente, los aspirantes del blanquiazul a la diputación federa,l se quejan – con toda la razón del mundo – de que Micalco Méndez y el Comité Directivo Estatal del partido no los apoyó y; al contrario, el presidente de los panistas se la pasó levantando olas y despotricando contra el gobernador durante la campaña.
El pasado 20 de mayo, el presidente del partido se inconformó por enésima vez, cuando la dirigencia nacional les notificó formalmente la remoción de los 6 mil representantes de casilla que, supuestamente, el Comité Directivo Estatal había designado y capacitado para cuidar la elección.
En este contexto, la decisión de quitarle a Jorge Aguilar Chedraui la coordinación de los diputados locales del PAN en el Congreso es un claro golpe de Rafael Micalco a Rafael Moreno Valle, que sin duda traerá consecuencias, especialmente si otro miembro del Yunque, como Pablo Montiel Solana, es designado como representante de los legisladores del albiazul.
El diputado Pablo Montiel Solana, el regidor Juan Carlos Espina, entre otros, pueden ser los arietes yunquistas para oponerse al morenovallismo, debido a que el primero de ellos tratará de modificar el funcionamiento del Congreso de Puebla, sobre todo después de que el principal operador político de Moreno Valle, Eukid Castañón, asuma la diputación federal.
Así que existe una buena posibilidad de que, de ahora en adelante, al interior de la fracción parlamentaria panista de Puebla comiencen a darse disputas abiertas entre yunquistas y morenovallistas por nombramientos, manejo de la Legislatura, recursos de la misma y hasta iniciativas de ley.
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