DEBATE
Por Roberto Desachy Severino
http://robertodesachydebate.blogspot.com/
La insoportable levedad de…Eduardo Rivera Pérez
Apenas dos días duró en la agenda de medios de la semana pasada el 1er Informe de Labores del presidente Eduardo Rivera Pérez, algunos columnistas desmenuzamos su gestión antes del evento del 15 de febrero…y nada más.
No dio para más lo que el ayuntamiento de Puebla hizo en el tercio inicial de su período. La verdad es que la gestión de Rivera Pérez en la capital es de una mediocridad tal…que a pocos interesa y ello se ratifica en la escasa cobertura mediática recibida por las comparecencias de sus funcionarios.
Esta grisura del ayuntamiento llevó a que el tema del 1er Informe de Rivera Pérez pronto fuera reemplazado en los espacios informativos por asuntos más trascendentes, como las luchas al interior del PRI, el berrinche de Javier López Zavala y hasta la recién editada confrontación de Juan Carlos Mondragón, dirigente del PAN estatal, contra la administración de Rafael Moreno Valle y, en especial, hacia Fernando Manzanilla.
La medianía con que el edil y su equipo se conducen tiene alguna ventaja: ya nadie se interesa por la cruenta de disputa de Rivera Pérez, Jaime Zurita y Matías Rivero contra sus correligionarios panistas Pedro Gutiérrez y Carlos Ibáñez.
Incluso, la mediocridad permite que el grupo cercano al alcalde maneje los recursos como se le da la gana, sin que los espacios informativos y quienes trabajamos en ellos nos preguntemos por qué Rivera Pérez gana 130 mil pesos al mes, cuando su antecesora, Blanca Alcalá Ruiz, recibía 80 mil.
El bajo, bajísimo perfil del presidente y su gente ha llevado a que los reporteros no cuestionen por qué los miembros de su gabinete ganan 70 mil pesos mensuales, cuando quienes les antecedieron en esos mismos cargos percibían un máximo de 45 mil pesos, según los tabuladores salariales de los ayuntamientos 2008-2011 y 2011-2014.
El problema de la mediocridad
Esta mediocridad de Rivera Pérez y su grupo les ha permitido despacharse con la cuchara grande en el usufructo personal, de pandilla y hasta político de los recursos públicos de la ciudad, como lo demuestra el hecho de que nadie cuestiona por qué y para qué dicha gestión le dio casi 153 millones de pesos a Citelum, supuestamente para que alumbrara la ciudad…que todos los días luce cada vez más oscura y con luminarias apagadas.
Sin embargo, este nado de a muertito del presidente y su gente puede revertírseles pronto, ya que su trienio se acaba y, hasta ahora, no han hecho ninguna obra o programa importante, innovador o exitoso, que garantice que el nombre de Rivera Pérez se grabe de manera positiva en la mente de los ciudadanos.
Veamos: Luís Paredes Moctezuma permaneció en el imaginario colectivo de los poblanos por sus constantes desatinos…pero también por su distribuidor vial Juárez-Serdán. Enrique Doger se quedó en la mente de los poblanos por sus pleitos con el marinismo y con el Yunque…aunque también por su puente 475.
Alcalá Ruiz pasó a la historia del estado como la primera presidenta municipal mujer de Puebla, se le recuerda además por sus titubeos e indecisión políticas…pero también por las obras en el Centro Histórico y el rescate de la Laguna de Chapulco. En contraste, al menos hasta ahora no hay nada por lo que la ciudadanía pueda acordarse de Eduardo Rivera una vez que su trienio termine.
Y si Rivera Pérez quiere ser candidato del PAN al gobierno en el 2016 y vencer a los morenovallistas que aspiran a la misma postulación, le convendría que el mayor número posible de ciudadanos se acordaran – y bien- de algo que su gestión hubiera logrado.
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