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DEBATE
Por Roberto Desachy Severino
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Hartazgo social, decepción ante las autoridades e indefensión, las causas de los linchamientos: Alejandro Nenclares
Ciudad de México, Estado de México, Morelos, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Puebla son las entidades que concentran el fenómeno de los linchamientos y, de acuerdo al psiquiatra Alejandro Nenclares, son muchas las causas del mismo: hartazgo social, decepción ante la actuación de las policías, indefensión ante la delincuencia y hasta un componente biológico: el instinto de conservación del ser humano: http://www.eluniversal.com.mx/nacion/seguridad/linchamiento-en-mexico-crimen-al-alza
El martes pasado, ciudadanos de Libres lincharon a un ratero, lo quemaron vivo y quisieron hacer lo mismo con sus 2 cómplices, pero lo impidieron los policías municipales y-cuando la turba agredió a los uniformados del pueblo- agentes de la secretaria de Seguridad Pública estatal tuvieron que rescatar no solamente al ladrón, sino también a los polis: http://desdepuebla.com/index.php/gobierno/119-polic%C3%ADa-estatal-evita-agresiones-a-menor-de-edad-por-pobladores-de-libres-y-rescata-a-11-polic%C3%ADas.html.
No es la primera vez que esto ocurre en el estado y, seguramente, tampoco será la última: a finales de agosto la agencia Apro informó de 9 linchamientos de presuntos rateros en una semana en Puebla: http://www.proceso.com.mx/501292/suman-nueve-los-linchados-en-menos-una-semana-en-puebla.
FACTORES BIOLÓGICOS: EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN
El psiquiatra Alejandro Nenclares detalló que uno de los detonantes de los linchamientos es, sin duda, el factor biológico: los seres humanos somos mamíferos y nuestro cerebro, individual y colectivamente, está diseñado para la sobrevivencia. Cuando la población siente que hay una amenaza a su vida y/o patrimonio, como un asalto, la "manada se defiende" y ataca a quienes ubica como sus agresores.
También hay una sensación de desprotección: la comunidad percibe un ataque y se defiende, echa a andar mecanismos colectivos e individuales de defensa, porque -en el caso del ratero menor de edad detenido en Libres- la realidad es que estaba armado y que la gente sabía que podía no solamente robar, sino también dispararle a alguien del pueblo.
Otro factor importante es la imitación. Como cuando una turba saquea el Centro Comercial: la gente ve que alguien comete un linchamiento contra alguien que presuntamente cometió un delito, entonces "piensa me le uno y me sumo a esta labor de sobrevivencia y de protección del bien común".
No es que los linchadores sean malas personas o asesinos, sino que se sienten amenazados por los delincuentes y reaccionan con instinto de sobrevivencia, insistió Alejandro Nenclares, quien añadió que "esto también es producto del hartazgo social y de la sensación de indefensión de muchos ciudadanos".
SI LA GENTE PENSARA QUE LAS CORPORACIONES POLICÍACAS Y EL SISTEMA DE JUSTICIA SIRVIERAN, ESTO NO OCURRIRÍA
Es claro que en países desarrollados, como Canadá o Suecia, es difícil que ocurran estos fenómenos sociales, porque ahí la gente sabe que existen un sistema de justicia que la defiende y tiene algo o mucha confianza en sus policías, algo que en México no sucede. La desconfianza en las instituciones de seguridad y de aplicación de la ley y la incompetencia de dichas instancias provocan que la gente haga justicia por propia mano.
Alejandro Nenclares subrayó que existe una gran posibilidad de que muchos de los participantes en los linchamientos ni siquiera supieran a quién y por qué lo estaban cometiendo, alentados por la impunidad inherente en México a los delitos y por el hecho de sentirse apoyados, cobijados por la turba.
Este tipo de hechos reflejan una gran descomposición social, la profunda desconfianza de la gente y la molestia ciudadana ante el hecho de que algunos menores cometen graves delitos, como robo, asesinatos, violaciones o, incluso, son sicarios, sin que se les aplique el sistema de justicia penal solamente porque son adolescentes.
Los linchamientos "reflejan lo mal que estamos (como sociedad), ya que los delincuentes no nacen, sino que se hacen" y pueden ser producto de un mal entorno familiar. Incluso, hay casos en que las personas linchadas no son culpables y solamente se vuelven víctimas de una masa de ciudadanos temerosa de la inseguridad y que desconfía de los policías y del sistema de justicia, finalizó Alejandro Nenclares.
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