DEBATE

 

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DEBATE

 Por Roberto Desachy Severino

rodese70@hotmail.com

http://robertodesachydebate.blogspot.com/

Del presidente municipal que quería ser secretario del Trabajo

Es entendible que los funcionarios de la VW se nieguen a dar un buen aumento a los trabajadores de la empresa y los amenacen con el san Benito de que se irán de Puebla y los culpen de que su segunda armadora se instaló en Silao, Guanajuato,  en lugar de             Puebla, porque la alta burocracia de la Volkswagen sabe que en la medida en que le ahorre dinero a la empresa, su bono bimestral será mucho más jugoso.

Es lógico que la CCE, Coparmex, Canacintra y demás fauna empresarial de la entidad se pronuncie por no elevar los sueldos de los empleados de base de la VW, ya que  Luis Rodríguez Fernández, Francisco Rodríguez Álvarez y Luis Espinosa Rueda, son dignos representantes de la IP poblana, que ha sido incapaz de desarrollar o tecnificar a la entidad y que tampoco puede generar empleos suficientes y bien pagados, pero que acostumbra "chillar" para que los gobiernos, primero del PRI y ahora del PAN, le den contratos, prebendas y privilegios.

También entiendo que la  CTM, a través del charro Leobardo Soto, grite a los 4 vientos que su vetusta y desprestigiada organización consiguió la "representación" de la armadora VW de  Guanajuato, pese a que esto solamente implica que los pobres trabajadores guanajuatenses tendrán que conformarse con las migajas que les echen los casi siempre corruptos y vetustos secretarios generales cetemistas.

Incluso, es normal que el secretario federal del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, abone a su creciente desprestigio y repudio personal al tratar de amagar a los trabajadores de la VW, para que pidan un aumento salarial pírrico (como los que el gobierno que defienden Lozano Alarcón y Felipe Calderón acostumbran a dar) y no consideren siquiera la posibilidad de la huelga.

Al final de cuentas, este personaje es alguien que ya perdió una diputación federal por el PRI en el 2000 y difícilmente puede aspirar a un cargo de elección popular, ya que – como buen miembro de la burocracia dorada y privilegiada - carece de simpatía, empatía y jamás lograría conectarse con los votantes.

Pero lo que no entiendo es por qué un supuesto presidente municipal, como Eduardo Rivera Pérez, se mete en un tema que no le incumbe y arremete contra los trabajadores de la VW en Puebla, a los que trata de chantajear diciéndoles que su posible huelga sería dañina para la economía de la ciudad.

 

 

El alcalde que les corrige la plana a los gobiernos estatal y federal

¿Con qué cara Eduardo Rivera les pide a los empleados de la VW que no busquen un aumento salarial, cuando sus dos únicas acciones como edil han sido duplicarse su sueldo y el de su burocracia dorada y regalarle 7 millones de pesos a la empresa francesa Citelum, dizque para que alumbre una ciudad que cada vez está más apagado por la incompetencia del ayuntamiento que representa Rivera Pérez?

¿O Rivera Pérez le quiere corregir la plana a su rival del Yunque por la candidatura del PAN al gobierno en el 2016, Pablo Rodríguez Regordosa?, ¿acaso el alcalde considera que el secretario de Desarrollo Económico de Puebla y el resto del gabinete del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas son incapaces de mediar, para que no haya huelga en la VW?

Alguien del Yunque (José Antonio Quintana, Alfredo Miranda, Pablo Montiel, Manuel Janeiro) debería explicarle al inexperto presidente de Puebla que él, Eduardo Rivera, tiene la obligación constitucional de promover y facilitar la instalación de empresas y la generación de empleos en la ciudad y que, si él estuviera cumpliendo con su trabajo, la economía del municipio no sería tan vulnerable ante una eventual huelga de la VW.

O tal vez sería adecuado que Rivera Pérez se regrese un semestre a la UPAEP y aprenda cuáles son sus obligaciones constitucionales como presidente municipal y por qué primero debería cumplirlas a cabalidad, antes de tratar de enseñarles al sindicato de la VW, a los funcionarios de la armadora y a los gobiernos federal y estatal cómo comportarse en la discusión de un contrato laboral.