DEBATE
Roberto Desachy Severino
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Pasional y delincuencia organizada, líneas de investigación del ataque a presidenta de Cuautempan
Hasta el momento, persisten más dudas, sospechas e inquietudes que certezas o respuestas sobre el atentado que sufrió la presidenta municipal priísta de Cuautempan, Flor de Coral Rodríguez Cárcamo el sábado pasado, en Jalisco, cuando circulaba en la autopista Guadalajara-Lagos de Moreno, en el municipio de Zapotlanejo, ataque en el que fue asesinado su acompañante Roberto Carlos Ortega González: http://desdepuebla.com/presidenta-de-cuautempan-puebla-andaba-en-guadalajara-con-camioneta-nueva-y-la-balean/147140/.
Las dudas matan: ¿qué hacían hasta allá la presidenta municipal de Cuautempan (comunidad de la Sierra Norte) y su compañero?. Una camioneta X Trail Nissan 2016, como la que llevaba Flor de Coral Rodríguez al momento del ataque, cuesta un mínimo de 354 mil pesos, ¿el vehículo atacado es propiedad de la edilesa o del ayuntamiento y, si le pertenece a la política del PRI, cómo lo obtuvo?.
Se sabe que la presidenta municipal ya había recibido amenazas, lo que genera el cuestionamiento de ¿por qué no llevaba una escolta en forma y solamente la acompañaba el fallecido Roberto Carlos Ortega?, sobre todo si se toma en cuenta que estaban en la zona de operación del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El caso es llevado por la Fiscalía General de Jalisco, que –hasta donde se sabe- sigue la línea de investigación de que pudo tratarse de un asunto pasional, personal, porque Flor de Coral Rodríguez iba acompañada por alguien con quien NO tiene relación alguna personal o profesional formal; es decir, que el asesinado Roberto Carlos Ortega NO era su pareja ni colaborador.
BALAS DE 9 MILÍMETRO: LIGADAS A LA DELINCUENCIA ORGANIZADA
Sin embargo, medios de la región occidente del país informaron del ataque y dieron a conocer el detalle de que el calibre de las balas de los asaltantes es de 9 mm, uno de los que utiliza la delincuencia organizada en el país: http://www.mimorelia.com/agreden-a-balazos-a-presidenta-municipal-de-cuautempan-puebla-en-jalisco/.
Además, de manera mordaz, contundente, persiste la interrogante de si los atacantes de la alcaldesa la querían liquidar por razones personales, ¿por qué la atacaron en Zaplotlanejo, Jalisco, cuando habría sido más fácil hacerlo en Cuautempan, donde se supone que ella pasa la mayor parte del tiempo?.
Incluso, es difícil de creer que lo ocurrido haya tenido un origen pasional, ya que el atentado fue cometido por todo un comando, según lo que ella misma declaró. No es común ni lógico que el que -cuando alguien quiere matar a otra persona por razones personales o de sentimientos- lo haga a través de un grupo de sicarios, puesto que este tipo de atentados de pasión son íntimos; es decir, casi siempre se hacen de manera personal, cara a cara o con la contratación de un ejecutor, no de todo un equipo de homicidas.
Un experto en el tema comentó a DEBATE que, si se hubiese tratado de un ataque por motivos personales o de pasión, lo más probable es que los asesinos hubieran ejecutado a los dos, no solamente al chofer de la presidenta, porque resultó notorio que mientras la alcaldesa fue herida de levedad, su acompañante resultó muerto.
¿AMENAZAS, ACUERDOS NO CUMPLIDOS?
Personas que merecen toda la confianza y credibilidad aseguran que NO existe un solo elemento que haga sospechar que Flor de Coral Rodríguez estuviese involucrada en alguna actividad ilícita. Sin embargo, las mismas fuentes confirmaron que ella es uno de los 8 presidentes municipales del estado que, en su momento, denunciaron haber sido amenazados, como lo publiqué ayer: http://desdepuebla.com/8-presidentes-municipales-del-estado-de-puebla-se-quejan-de-amenazas/147286/.
Expertos en criminología comentaron a este espacio periodístico que el ataque a la alcaldesa NO tiene vistos de haber sido un robo fallido, sino que pudo tratarse de una amenaza directa no solamente contra ella, sino hacia los ediles que arrastran el problema de las ordeñas a ductos de Pemex, un delito que debe ser investigado por el gobierno federal, pero que es abordado con una sospechosa indiferencia por parte de la misma paraestatal.
Otro posible detonador del atentado, según conocedores del tema de la seguridad pública, serían acuerdos no cumplidos o un intento por "doblar", amedrentar a la presidenta de Cuautempan, para que permita o tolere alguna actividad delictiva en su gestión. Y mientras las Fiscalías Generales de Jalisco y de Puebla no resuelvan este caso, las especulaciones seguirán.
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